Fue una esposa leal y una madre muy cariñosa y sacrificada, una trabajadora incansable. Ha sido una hermana, suegra, tía, cuñada y una amiga muy querida. Ella creía firmemente en las palabras que Jesús le dijo a la hermana de Lázaro, poco antes de resucitarlo, en el evangelio de Juan 11:25: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir”. 

Vivir en un nuevo mundo de paz y justicia y completa felicidad, esta es la promesa segura que ella atesoraba y por la que Jesús dio su vida para que la humanidad obediente pueda verla hecha realidad. Jesús mismo comparó la muerte a un “sueño” del que sólo él con el poder que su Padre le dio podrá despertarnos.  

Conducción al cementerio de San Julián de Malpica HOY SÁBADO a las DOCE Y MEDIA del mediodía.

Malpica, 20 de Mayo de 2.011

Malpica, 20/05/2011